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martes, 15 de septiembre de 2015

LAS EMOCIONES POSITIVAS

El bienestar subjetivo o felicidad tiene como ingrediente fundamental la activación y el desarrollo de las emociones positivas en cualquier circunstancia y, con  mayor motivo, cuando las cosas nos van mal y estamos pasando por épocas de grandes problemas, dificultades y crisis.

Al hablar de emociones positivas, el amable lector sabe muy bien que me estoy refiriendo al entusiasmo, la alegría de vivir, la satisfacción por las pequeñas cosas gratificantes del día a día y el  hecho de celebrar la propia existencia cada jornada y no perder ni la sonrisa, ni el buen  humor, no el sentido del humor.
"¿Cómo me dice que tengo que fomentar el buen humor o que no debo dejar de sonreír cuando la vida me da la espalda? ¿No le parece que eso es hipocresía y no tener sentido común?" Estas preguntas me suelen hacer las personas a las que, cuando están pasando por situaciones críticas, les aconsejo aplicar la ley de lo opuesto: "Al mal tiempo buena cara, al frío, calor y al calor, frío".

Precisamente porque las cosas nos van mal es cuando debemos potenciar los pensamientos, acciones y las emociones positivas de coraje y esperanza. Esa tenacidad inteligente, de no darse por vencido, es la que ha llevado a la humanidad hasta el día de hoy y la causa de todo el progreso que venimos logrando los seres humanos.

Nuestras emociones positivas mejoran la manera de pensar y de actuar, despiertan y activan pensamientos y acciones vitalistas, entusiastas y optimistas; tienen relación directa con la salud física, psíquica y emocional, sirven para prevenir enfermedades y nos proporcionan mayor felicidad o bienestar subjetivo, precisamente en los momentos más críticos de nuestra existencia. Además de todo ello, potencian y mejoran nuestra capacidad de afrontar las adversidades y nos protegen frente a la depresión y los bajones emocionales.

De entre todas las emociones positivas, el buen humor y el sentido del humor son las que más y mejor nos blindan y capacitan para afrontar las adversidades y crisis y, al mismo tiempo, reportan mayores beneficios.
Según Fredrikson, "las emociones positivas y en especial la risa, amplían la capacidad de pensamientos y acciones positivas y fomentan la creación de recursos de cara al futuro". Con razón dice H. W. Beecher que "el humor es la medicina" de Dios.

Bernabé Tierno
(psicólogo y escritor)

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